5 octubre, 2024

El Congreso local aprobó unánimemente el aumento en la edad de retiro para jueces y magistrados del Poder Judicial de la CDMX. Con 51 votos a favor y ninguno en contra, se decidió elevar la edad de jubilación de 70 a 75 años, una medida que ha generado tanto respaldo como debate en diversos sectores de la sociedad.

 

El cambio, que afecta el artículo 35, apartado B de la Constitución Política de la Ciudad de México, así como los artículos 17 y 31 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Ciudad, busca aprovechar la experiencia y sabiduría acumuladas por los jueces y magistrados a lo largo de sus carreras. El presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, Diego Garrido, argumentó que esta reforma permite “aprovechar toda la expertis de las y los jueces y darles un voto de confianza y ese beneficio de la duda para seguir impartiendo justicia en la Ciudad”.

 

Garrido también destacó que el aumento en la edad de retiro representa ahorros significativos para la economía del Poder Judicial, lo cual es crucial en un momento en que la eficiencia de los recursos públicos es más necesaria que nunca. “Aprovechar la experiencia de todos los impartidores de justicia de este gran Tribunal”, añadió, es fundamental para mantener la integridad y la calidad del servicio judicial.

 

Nazario Norberto, diputado de Morena, resaltó que la productividad y la capacidad intelectual no se detienen al cumplir 70 años. Según él, muchas personas continúan siendo activas, creativas y valiosas para la sociedad mucho más allá de la edad tradicional de retiro. “La experiencia acumulada por jueces y magistrados es un recurso invaluable,” indicó Norberto. “Su conocimiento profundo del sistema legal y su habilidad para aplicar la ley de manera justa y equitativa son activos que no debemos subestimar”.

 

Esta perspectiva fue apoyada por varios expertos en derecho y economía, quienes argumentan que extender la edad de jubilación no solo mantiene en activo a individuos altamente cualificados y experimentados, sino que también ayuda a transmitir este conocimiento a las nuevas generaciones de juristas.

 

La decisión ha sido bien recibida en círculos judiciales, donde se reconoce la necesidad de mantener a juristas experimentados en sus puestos, especialmente en tiempos de grandes desafíos legales y sociales; sin embargo, algunos críticos señalan que podría ser una barrera para la renovación generacional dentro del sistema judicial.

 

A pesar de las críticas, la mayoría de las opiniones sugieren que esta reforma beneficiará al sistema judicial de la Ciudad de México al asegurar que jueces y magistrados con una vasta experiencia y un profundo entendimiento de la ley continúen contribuyendo a la justicia y la equidad.

 

A largo plazo, esta reforma podría tener significativos efectos en la forma en que se administra justicia en la capital. Al permitir que jueces y magistrados sirvan hasta los 75 años, se espera que la continuidad y la estabilidad del sistema judicial se fortalezcan, asegurando decisiones más ponderadas y fundamentadas en la experiencia.

 

Este cambio legislativo es un paso hacia adelante en la adaptación de las instituciones judiciales a las realidades demográficas actuales, donde la longevidad y la capacidad profesional se extienden más allá de las expectativas anteriores. Con esta reforma, la Ciudad de México se posiciona como líder en la modernización judicial, estableciendo un precedente que otras entidades podrían considerar en el futuro.