En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra este 5 de junio, el secretario general de la ONU, António Guterres, lanzó una advertencia urgente a mandatarios sobre la crisis climática, comparando a la humanidad con el meteorito que acabó con los dinosaurios.
En una conferencia desde el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York, Guterres instó a las potencias mundiales a tomar acciones decisivas contra el cambio climático y dejar de jugar a “la ruleta rusa con nuestro planeta“.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), hay un 80% de probabilidades de que la temperatura media anual supere el límite de 1.5 grados Celsius en al menos uno de los próximos cinco años. En 2015, esta probabilidad era casi nula, pero la situación ha empeorado considerablemente. Además, existe un 50% de posibilidades de que la temperatura media del próximo lustro sea 1.5 grados superior a la de la era preindustrial.
El Acuerdo de París, firmado en 2015, establece que limitar el aumento de la temperatura global a no más de 1.5 grados Celsius es crucial para evitar las peores consecuencias del cambio climático. Guterres subrayó que el 1% más rico del mundo emite la misma cantidad de carbono que dos tercios de la humanidad, unos 5 mil millones de personas. Por ello, llamó a los países del G20, responsables del 80% de las emisiones globales, a reasignar subsidios de combustibles fósiles a energías renovables y eliminar el carbón para 2030.
“No podemos aceptar un futuro en el que los ricos estén protegidos en burbujas con aire acondicionado, mientras el resto de la humanidad sufre un clima letal en tierras no habitables“, afirmó Guterres. Comparó la situación actual con la extinción de los dinosaurios, pero aclaró que “en el caso del clima, no somos los dinosaurios, somos el meteorito”.
La Ciudad de México es uno de los lugares mencionados por Guterres que “está ardiendo” debido al cambio climático. Mantener el límite de 1.5 grados requiere que las emisiones globales disminuyan un 9% cada año hasta 2030. De lo contrario, el mundo enfrentará consecuencias devastadoras, desde aumentos catastróficos en los niveles del mar hasta la destrucción de arrecifes de coral y la pérdida de medios de vida para 300 millones de personas.
“El mundo está emitiendo gases de efecto invernadero a tal velocidad que, para 2030, un aumento mucho mayor de la temperatura sería prácticamente inevitable“, añadió Guterres. Incluso si las emisiones se redujeran a cero mañana, el caos climático costaría al menos 38 billones de dólares al año en 2050. La advertencia de Guterres es clara: debemos actuar ahora para evitar un futuro catastrófico.