Ante la creciente crisis hídrica que azota México, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha implementado medidas urgentes para abastecer de agua potable a diversas regiones del país. Desde el inicio de los operativos, Conagua ha distribuido millones de litros de agua a través de pipas, beneficiando a ciudades y zonas de riego en estados como Tamaulipas, Campeche, Chiapas, Coahuila, Guanajuato, Hidalgo, San Luis Potosí, Sonora, Tabasco y Veracruz.
Esta intervención ha sido crucial para asegurar el suministro de agua a hospitales y para combatir incendios forestales. En particular, dos hospitales en Ciudad Madero, Tamaulipas, han recibido cerca de 220 mil litros de agua, esencial para mantener la atención a casi cuatro mil pacientes.
Además, Conagua ha proporcionado apoyo significativo a los equipos de bomberos en Campeche, entregando más de 85 mil litros a 525 combatientes de incendios.
Los operativos también han reforzado los servicios estatales y municipales de agua potable en lugares críticos como Calakmul y Escárcega en Campeche; Acacoyagua en Chiapas; Torreón en Coahuila; Salamanca en Guanajuato; y Chapulhuacán y Tezontepec en Hidalgo, entre otros. Desde abril, más de 33 millones de litros han sido distribuidos en estas áreas, aliviando la carga de casi 55 mil residentes.
La severidad de la sequía ha llevado a Conagua a extraer más de nueve millones de metros cúbicos de agua para irrigar 467 hectáreas de cultivos en regiones como Xicoténcatl, Tamaulipas, y en el Distrito de Riego 025 Bajo Río Bravo, evidenciando un esfuerzo continuo para sostener la agricultura local.
Además, se han tomado medidas preventivas contra inundaciones en Tamuín, San Luis Potosí, mediante operaciones de limpieza y desazolve de drenajes, anticipándose a la temporada de lluvias.
Sin embargo, la situación sigue siendo crítica. En Veracruz y Tamaulipas, los residentes han protestado por la calidad y suficiencia del agua distribuida, lo que destaca la necesidad de mejorar los sistemas de distribución y purificación.
La escasez de agua en México es un desafío que requiere atención continua y soluciones innovadoras para garantizar el acceso seguro y suficiente al agua para todos los ciudadanos, especialmente ante la previsión de más olas de calor y sequías prolongadas.
