24 noviembre, 2024
Claudia Sheinbaum en tercer debate presidencial INE

En el crisol de la política mexicana, donde las elecciones presidenciales del 2024 se aproximan con rapidez, la tensión entre los candidatos alcanza su apogeo.

 

Durante el tercer y último debate presidencial, Claudia Sheinbaum, candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, optó por una estrategia clara: concentrarse en sus propuestas, defender las políticas implementadas durante la llamada Cuarta Transformación y sortear las críticas y acusaciones vertidas por su contrincante, Xóchitl Gálvez, de la coalición Fuerza y Corazón por México.

 

La dinámica del debate se vio marcada por un fuerte intercambio de declaraciones, donde Sheinbaum señaló que la naturaleza de los ataques recibidos refleja una “falta de proyecto” por parte de sus adversarios.

 

Los mexicanos no nos merecemos un debate presidencial lleno de calumnias y mentiras. Eso refleja la ausencia de proyectos; no voy a caer, en este caso, en provocaciones. Al debate venimos a presentar propuestas, a defender nuestro proyecto y, por supuesto, a mostrar nuestra calidad humana”, declaró Sheinbaum tras ser acusada de opacidad en su declaración patrimonial.

 

En su discurso, Sheinbaum también tocó puntos clave sobre la desesperación política del “PRIAN”, mencionando que esta alianza tradicional se encuentra en un distante segundo lugar en las encuestas, lo que sugiere una ventaja considerable para la candidata de Morena, PT y PVEM. Esta terminología de “PRIAN” hace referencia a una percepción de colaboración entre el PRI y el PAN, usualmente utilizada para criticar a los opositores de Morena.

 

En cuanto a las acusaciones de Gálvez, que incluyeron críticas sobre la gestión de la seguridad durante el mandato de Sheinbaum, la candidata respondió recordándole a su oponente las decisiones del expresidente Felipe Calderón, especialmente la guerra contra el narcotráfico, que ha tenido consecuencias duraderas para el país.

 

Desde un punto de vista más amplio, la administración de Sheinbaum ha sido una pieza central de la Cuarta Transformación, un término acuñado por el actual presidente Andrés Manuel López Obrador para describir su visión de un cambio profundo en la política y sociedad mexicanas. Las políticas implementadas durante este periodo han buscado abordar desigualdades históricas, aunque no sin controversia y debate sobre su efectividad y ejecución.

 

Mientras Sheinbaum defiende su registro y la continuidad de la Cuarta Transformación, su retórica sugiere un intento por distanciarse de las tácticas que, según ella, buscan desviar la atención de los verdaderos temas de importancia nacional. La estrategia de Sheinbaum parece centrarse en la consolidación de las bases que apoyan el cambio propuesto por Morena, mientras intenta captar a aquellos que aún están indecisos, presentando una visión de estabilidad y progreso.

 

El contexto electoral de este año presenta desafíos únicos, con una población cada vez más polarizada y un panorama mediático que no siempre logra captar la profundidad de las propuestas y problemas reales. En este entorno, la capacidad de los candidatos para comunicar efectivamente sus visiones y contrarrestar las narrativas adversas es más crucial que nunca.

 

Al mirar hacia el futuro, la política mexicana se encuentra en un punto de inflexión. Los resultados de las próximas elecciones no solo decidirán el líder del país, sino que también podrían redirigir su curso político y social para las próximas décadas. En este marco, las declaraciones de Sheinbaum durante el debate reflejan no solo una estrategia de campaña, sino también un reflejo del estado actual y los posibles futuros de la política en México.