En el corazón de la Ciudad de México, el Zócalo se convierte en escenario de tensión y rivalidades. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y la coalición civil UNID@S, se disputan en una batalla de presencia, voces y colores. Lo que parecía un simple espacio público, se ha convertido en el epicentro de un pulso político y social que va más allá de una simple movilización.
Desde el pasado 15 de mayo, los maestros de la CNTE, mayoritariamente provenientes de Oaxaca y Guerrero, se han instalado en la plancha del Zócalo. Su manifestación, que denuncia las políticas del PRI y PAN, coincide hoy con la Marea Rosa, organizada por UNID@S para promover el voto útil por Xóchitl Gálvez y defender la república. La coexistencia en este espacio ha resultado en un Zócalo dividido por una larga fila de vallas, colocadas por trabajadores de logística contratados por la Marea Rosa.
A pesar de un acuerdo preliminar para reubicar su campamento y permitir la movilización de la Marea Rosa, los maestros decidieron mantener su plantón. La presencia de las casas de campaña bajo la asta bandera, y frente a las vallas del Palacio Nacional, impide el izado de la Bandera nacional, una tradición que no se ha cumplido desde el viernes pasado, a pesar de la orden de un juez.
Este conflicto no solo afecta a los manifestantes y al gobierno, sino también a los trabajadores encargados de montar la infraestructura para la Marea Rosa. Desde el jueves, al menos 12 camiones de carga con materiales permanecen varados en la calle 5 de Mayo. Los conductores, quienes prefieren mantenerse en el anonimato, han expresado su frustración ante la imposibilidad de avanzar debido a la resistencia de la CNTE y la falta de un permiso claro por parte de las autoridades.
Pedro Hernández, secretario general de la Sección 9 de la CNTE, declaró: “No existe ningún acuerdo. Hemos reacomodado un poco las carpas, pero esta es una plaza pública donde se han dado expresiones de diverso tipo. Pedimos a la Marea Rosa respetar nuestra manifestación y los invitamos a instalar su templete del lado contrario.”
La respuesta de los organizadores de la Marea Rosa ha sido clara: mientras el conflicto persista, la movilización seguirá adelante, buscando visibilizar su causa y atraer la atención de la opinión pública.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, quien había garantizado la izada de la Bandera, se encuentra en una posición complicada. Su administración debe equilibrar el derecho a la protesta con el orden público y el respeto a los símbolos nacionales.
Las redes sociales se han convertido en un campo de batalla adicional, con hashtags como #DefendamosLaRepública y #CNTEEnElZócalo trending mientras ambos lados buscan ganar el apoyo de la ciudadanía.
Mientras los maestros y la Marea Rosa se mantienen firmes, el Zócalo de la Ciudad de México sigue siendo un reflejo vibrante y tenso de la democracia en acción.