Las ciudades son motores económicos y centros cruciales para el bienestar social. Actualmente, más de la mitad de la población mundial reside en entornos urbanos.
En México, ocho de cada diez ciudadanos habitan en zonas urbanas, por lo que la coordinación se convierte también en un aspecto fundamental en su gestión e impulso.
Por ello, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) realiza año con año el Índice de Competitividad Urbana (ICU) para conocer el desempeño y los retos que presenta cada ciudad.
A partir de 69 indicadores agrupados en 10 subíndices, el índice evalúa a 66 ciudades, donde viven más de 62% de los mexicanos.
En esta edición del ICU, las ciudades mejoraron en promedio en el subíndice de Derecho y Aprovechamiento de las relaciones internacionales, mientras que en el resto de los subíndices el comportamiento fue más estable.
Monterrey es la ciudad más competitiva entre las ciudades más grandes; le siguen Saltillo, Querétaro y Guadalajara.
Durango y Mazatlán se ubican en los primeros lugares entre las ciudades medianas.
Los Cabos y Puerto Vallarta permanecen como las ciudades más competitivas entre ciudades relativamente más pequeñas.
Si bien aumentó la incidencia delictiva, las ciudades mexicanas mejoraron su percepción de seguridad y disminuyeron los delitos de alto impacto, como homicidios y robos de vehículos.
La metodología reconoce la complejidad de las distintas zonas urbanas, por lo que los resultados se presentan por tamaño de población y se clasifican en seis niveles de competitividad: muy alta, alta, media alta, media baja, baja y muy baja.