19 septiembre, 2024

En la Ciudad de México, tras las elecciones del 2 de junio, se ha desplegado un esfuerzo significativo para limpiar las calles, retirando más de 164 toneladas de propaganda electoral. Este acto no solo busca devolver la estética urbana, sino también promover la responsabilidad ambiental y cívica entre los partidos políticos y sus candidaturas.

Aun cuando las autoridades de la capital y de las alcaldías han trabajado diligentemente, retirando propaganda, aún queda mucho por hacer. Las calles, fachadas de casas y mobiliario urbano de la ciudad  aún exhiben numerosos pendones y mantas de los ex aspirantes políticos. Este remanente visual de la temporada electoral es un problema estético y también un asunto ambiental.

 

El Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM), ha hecho un llamado a los partidos políticos para que colaboren en la limpieza, retirando su propia propaganda. La normativa vigente establece que, aunque es responsabilidad primaria del gobierno y las alcaldías manejar estos desechos postelectorales, los partidos y sus candidatos también tienen un papel crucial en este proceso.

 

El IECM dio a conocer que emitió oficios a las representaciones de los partidos políticos, instándolos a retirar la propaganda electoral y a informar a sus candidatos sobre esta obligación cívica. Hasta el 10 de julio, el gobierno de la Ciudad había retirado 117.31 toneladas de propaganda, mientras que las alcaldías han contribuido con 46.9 toneladas adicionales.

 

Reciclaje y Sustentabilidad

Uno de los aspectos más importantes de este esfuerzo es asegurar que toda la propaganda recogida se envíe a centros de reciclaje. Los partidos políticos están obligados a acreditar el reciclaje de estos materiales mediante constancias emitidas por dichos centros, garantizando así que la eliminación de estos desechos contribuya positivamente al medio ambiente.

 

Este ciclo electoral ha puesto de relieve la necesidad de políticas más estrictas en cuanto a la producción y eliminación de material electoral. Existe un creciente llamado a que futuras campañas sean más sostenibles, utilizando materiales biodegradables o digitales, y que se planifique de manera más eficiente el desmonte y reciclaje postelectoral.

 

La limpieza de propaganda electoral en la Ciudad de México no es solo una cuestión de estética urbana, sino también de responsabilidad ambiental y cívica. El esfuerzo coordinado entre el gobierno, las alcaldías, los partidos políticos  como los ciudadanos es fundamental para avanzar hacia una capital más limpia y un sistema político que priorice la sustentabilidad y el respeto por el entorno urbano.