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Cinco alcaldías de la CDMX podrían volverse inhabitables por hundimientos: UNAM

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Geólogos de la UNAM advierten que el suelo de la capital se hunde hasta 40 cm al año; Iztapalapa, Tláhuac, Cuauhtémoc, GAM e Iztacalco son las más vulnerables.

La CDMX enfrenta una amenaza silenciosa y constante: el hundimiento progresivo de nuestro suelo, un fenómeno conocido como subsidencia. De acuerdo con un reciente informe de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cinco alcaldías capitalinas presentan niveles críticos de hundimiento que, de continuar sin implementar medidas urgentes, podrían hacerlas inhabitables en menos de 10 años.

¿Qué alcaldías están en riesgo?

Los estudios revelan que las zonas más afectadas son Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Tláhuac, Iztacalco y Cuauhtémoc. En algunas de ellas, como en Iztapalapa, el suelo se hunde hasta 40 centímetros por año, mientras que en otras, como Cuauhtémoc, se reportan entre 10 y 15 centímetros anuales. Si se mantiene esta tendencia, algunos puntos acumularán hasta 3 metros de hundimiento para el año 2035.

¿Por qué se hunde la CDMX?

Los geólogos señalan múltiples causas: la extracción excesiva de agua subterránea, el peso de construcciones sobre suelo arcilloso y volcánico, y el hecho de que gran parte de la ciudad fue construida sobre el antiguo lago de Texcoco. La combinación de sequía, sobrepoblación y urbanización descontrolada ha llevado al límite la resistencia del subsuelo.

El doctor Sergio Rodríguez, especialista de la UNAM, señaló que el problema es irreversible. “La compactación del terreno ya está ocurriendo. Podemos adaptarnos a sus consecuencias o comenzar un plan de reubicación masiva”, advirtió.

¿Qué consecuencias trae esto?

El hundimiento no solo compromete viviendas y edificios, también genera fracturas en calles, fugas en redes de agua, fallas en el drenaje y mayor vulnerabilidad a inundaciones, especialmente en temporada de lluvias.

Ya hay zonas donde se han derrumbado estructuras y otras donde los daños son tan severos que la única salida es la reubicación. Incluso, se advierte que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), ubicado en una de las zonas con mayor hundimiento, está siendo severamente afectado.

¿Qué opciones hay?

La UNAM plantea dos rutas: construir infraestructura para adaptarse a los daños, o la más compleja, desplazar a las poblaciones afectadas hacia zonas más estables. Cualquiera de las dos requerirá inversión, voluntad política y planificación urbana de largo plazo.

Mientras tanto, el reloj avanza. Y la ciudad se hunde, literalmente, bajo nuestros propios pies.

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