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Qué estudiar si quieres triunfar en la nueva realidad

Necesitamos bachilleratos a prueba de desempleos

Si a su hijo no le gusta leer, prefiere hacer el mínimo esfuerzo y es el que busca la oportunidad de sacar ventaja a la mínima provocación, felicidades, tiene un futuro empleado conflictivo en potencia. ¿Tiene un adolescente que entró al bachillerato?, quizás es parte de los padres de familia que han sufrido con el cambio del COMIPEMS al modelo ECOEMS, esperando que la educación “lo salve del futuro incierto”, pero sea la opción que haya conseguido para estudiar, le ruego por favor considere que “lo que ahí aprenderá” no es garantía para un futuro bien pagado, tenemos que pensar en qué tipo de profesionistas estamos formando, pues el mundo ya cambió y no precisamente estamos listos para lo que se requiere en el mundo laboral una vez que terminen el bachillerato y pasen a una carrera universitaria.

 

El bachillerato en México es una etapa con profundas deficiencias: altos niveles de deserción, planes de estudio obsoletos y poca orientación vocacional. Esto impacta directamente en la elección de carreras saturadas y mal remuneradas, limitando la competitividad del país frente a las nuevas demandas laborales.

 

Hoy más que nunca, el sistema educativo necesita una reforma que trace un puente entre la formación académica y las oportunidades reales de empleo. 

 

Problemas actuales del bachillerato

Mientras en los años ochenta tener el bachillerato ya era un logro para aspirar a un mejor empleo, hoy ni una carrera universitaria te garantiza un nivel de vida digno dada la competencia y desventaja laboral actual.

 

Los principales problemas de un adolescente en esta etapa son:

 

Carreras mal pagadas y pérdida de inversión educativa

Los egresados de áreas saturadas como derecho, contaduría o administración inician con sueldos de $7,000 a $9,000 mensuales, por debajo de lo que una familia requiere para vivir con dignidad.

 

En contraste, quienes se forman en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas), logística, salud o energías renovables pueden iniciar con salarios de $18,000 a $25,000 pesos mensuales, con potencial de duplicarse en menos de cinco años.

 

El problema: la mayoría de los bachilleratos no prepara al estudiante para detectar esas áreas de oportunidad ni les da las competencias necesarias.

 

Tendencias de empleo en los próximos 5 años

El futuro del trabajo en México estará marcado por sectores que demandarán profesionistas mejor preparados:

 

Estos campos no solo pagarán mejor, sino que también demandan un perfil con habilidades distintas al modelo escolar tradicional.

 

El perfil del profesionista que México necesita

Más allá del título universitario, el profesionista del futuro debe desarrollar una combinación de hard skills y soft skills que lo hagan empleable en cualquier sector:

 

Habilidades técnicas

 

Habilidades blandas

El mensaje es claro: no depender de un título, sino de la capacidad de demostrar resultados y adaptarse a nuevos escenarios.

 

Materias que deben transformarse en el bachillerato

El modelo actual mantiene asignaturas poco útiles para el futuro laboral (como etimologías grecolatinas o civismo sin actualización), mientras descuida temas urgentes.

Materias que deberían renovarse o integrarse:

 

México necesita pasar de un bachillerato que forma para memorizar a uno que forma para competir. El futuro profesionista debe ser un perfil global, digital, crítico y flexible, capaz de colocarse rápido en un empleo bien pagado, independientemente del área que estudie.

 

La recomendación es clara: apostar por planes de estudio que fortalezcan idiomas, tecnología y pensamiento crítico, si no existen en la escuela donde estudia, entonces opte por capacitación adicional para su hijo o hija, cursos, diplomados, cualquier conocimiento que desarrolle sus habilidades y le permitan un mejor futuro, es la única ventaja real que podrá abrirle camino desde la preparatoria hacia los sectores productivos. Solo así los jóvenes podrán romper el círculo de carreras mal pagadas y contribuir al verdadero progreso del país.

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