La Ciudad de México avanza en un proceso histórico de modernización del transporte público, con la salida gradual de camiones y combis que durante décadas fueron la base de la movilidad en barrios y periferias. El objetivo es reemplazarlos por unidades más seguras, modernas y sustentables, aunque miles de usuarios podrían enfrentar complicaciones temporales por la reducción del servicio.
748 unidades suspendidas en operativos
De acuerdo con el Instituto de Verificación Administrativa (INVEA), en lo que va del año han sido suspendidas 748 unidades de transporte concesionado —principalmente camiones y combis— debido a irregularidades como:
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Falta de seguro de viajero.
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Mal estado físico de las unidades (puertas, vidrios, carrocería).
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Ausencia de permisos o tarjetones vigentes.
Los operativos se han desplegado en paraderos, CETRAM y rutas de mayor saturación, con más de 300 verificaciones en campo realizadas por autoridades capitalinas.
Chatarrización y renovación en curso
La Secretaría de Movilidad y el Gobierno capitalino avanzan en un plan de chatarrización que busca retirar definitivamente a los microbuses más antiguos.
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En Xochimilco y Gustavo A. Madero, más de 247 microbuses serán sustituidos por autobuses morados de RTP, con mayor capacidad y accesibilidad.
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En zonas como Centro Histórico, Zaragoza, Pedregales, Tlalpan y Azcapotzalco, se aplicará un esquema de apoyo económico a transportistas, con una inversión estimada en 195 millones de pesos que incluye 619 apoyos directos a concesionarios para renovar unidades.
Un transporte más seguro y sustentable
La jefa de Gobierno capitalina ha reiterado que el objetivo es eliminar los microbuses antes de que concluya la administración, un compromiso que se complementa con otras acciones:
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Incorporación de 500 nuevos autobuses, algunos eléctricos, para zonas periféricas.
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Inversión histórica en el Metro, con 23 mil millones de pesos destinados a modernización y mantenimiento.
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Construcción de cinco nuevas líneas de Cablebús en Tlalpan, Álvaro Obregón, Milpa Alta, Xochimilco y Cuajimalpa.
Impacto para los usuarios
Aunque la transición busca un sistema más eficiente y seguro, el proceso no está exento de retos. La salida de camiones y combis implica que, de forma temporal, miles de usuarios enfrenten menos opciones de transporte, en especial en zonas alejadas. Las autoridades aseguran que la integración con RTP, Trolebús y Metrobús permitirá cubrir la demanda en el corto plazo.
La salida de camiones y combis marca el fin de una era en la movilidad capitalina. Lo que por décadas fue sinónimo de transporte popular dará paso a un sistema más moderno, seguro y sustentable. El reto estará en que la transición no deje a los usuarios sin alternativas viables en su vida diaria.