22 noviembre, 2024

Las personas que en algún punto de su vida laboral dejaron de cotizar al Seguro Social pueden acceder a una pensión, pero la viabilidad dependerá de varios factores. Uno de ellos es el año en el que se afiliaron y realizaron su primera aportación al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

 

En el cambiante escenario del mercado laboral formal, es común que las personas experimenten entradas y salidas, interrumpiendo en ocasiones sus cotizaciones al IMSS y el ahorro para el retiro. Para aquellos que se preguntan si es posible pensionarse después de dejar de cotizar durante años, la respuesta es afirmativa, pero con algunas condiciones.

 

“Todo aquel que tuvo un registro como empleado antes del 1 de julio de 1997 tiene el amparo de pertenecer a lo que se llama Ley 73. Entre la población femenina, esto es más común, ya que en aquellos años las mujeres comenzaban a trabajar y pausaban su vida laboral debido a temas familiares”, explica Moisés Pérez Peñaloza, líder de Retiro y Bienestar Financiero de AON para Latinoamérica.

 

En otras palabras, las personas que no están actualmente afiliadas al IMSS pero cotizaron al menos una vez antes de julio de 1997 pueden pensionarse, siempre y cuando cuenten con al menos 500 semanas de cotización, señala el especialista.

 

Ahora surge la pregunta: ¿Cómo acumular 500 semanas si actualmente no cotizo al Seguro Social? Para estos casos, el IMSS ofrece la Modalidad 40, un programa que permite realizar aportaciones voluntarias por cuenta propia ante el IMSS para seguir cotizando, incluso sin tener empleo. Cada pago de estas aportaciones suma semanas de cotización.

 

Esta modalidad beneficia a quienes estuvieron afiliados antes de 1997, permitiéndoles cotizar de forma voluntaria y acumular semanas. Además, destaca por la posibilidad de realizar aportaciones retroactivas, cubriendo los períodos en los que no se cotizó.

 

El IMSS reporta que actualmente cuenta con más de 2.6 millones de pensiones en curso por cesantía y vejez. Los pensionados por cesantía tienen un promedio de 69 años, mientras que los de vejez tienen aproximadamente 76 años.

 

Para acceder a la Modalidad 40 y completar las semanas faltantes, se deben cumplir ciertos requisitos:

  • Haber cotizado ante el IMSS antes del 1 de julio de 1997.
  • No cotizar actualmente al IMSS; el empleador debió haber emitido una baja laboral previamente, aunque esto no impide seguir trabajando por honorarios, por ejemplo.
  • Darse de alta en la Modalidad 40, sin pasar más de 5 años sin cotizar al IMSS.
  • Contar con al menos 52 semanas de trabajo cotizadas en los últimos 5 años, sin importar si son consecutivas.

 

“Con la Modalidad 40, a pesar de dejar de cotizar ante el IMSS, los trabajadores pueden obtener semanas de cotización con cada pago que realicen. Y al inscribir un salario superior al que cotizaron, pueden aumentar al máximo su promedio salarial y lograr una mejor pensión”, destaca la plataforma Pensiona Plus.

 

Es importante tener en cuenta que esta estrategia no es aplicable para aquellos que se afiliaron al IMSS después de 1997, ya que la pensión estará vinculada a su ahorro individual en las Afores.

 

El futuro de las reformas para el Sistema de Pensiones en México

En el ámbito nacional, las recientes reformas propuestas por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, han generado discusiones y expectativas en torno al sistema de pensiones en México.

 

Según el Índice Global de Pensiones de Mercer y CFA Institute, México ocupa el lugar 29 de 44 economías evaluadas en 2022, con una mejora significativa de 49 a 56 puntos en un año. Este avance se relaciona con la reforma que aumenta la aportación patronal para el retiro de los trabajadores.

 

La propuesta del Presidente busca revertir parte de la Ley neoliberal de 1997, permitiendo que los trabajadores se jubilen con el 100% de su salario. Aunque la intención es aplaudida por algunos, la viabilidad financiera se ha convertido en un tema central de debate.

 

A pesar de estos planteamientos, es necesario reconocer los retos financieros que enfrenta el sistema de pensiones en México. El gasto público destinado a las pensiones ha aumentado constantemente desde 2005 y se proyecta que seguirá creciendo debido al cambio demográfico como a la transición de la Ley 73 a la Ley 97.

 

En este contexto, algunos analistas indican que el Gobierno no necesariamente requiere reformas constitucionales para modificar el sistema de pensiones. Ajustar las pensiones altas, aumentar impuestos o incrementar la edad de retiro son opciones que podrían contribuir a la sostenibilidad financiera sin la necesidad de cambios constitucionales.

 

Es crucial analizar detenidamente las implicaciones y consideraciones de cualquier reforma propuesta en el sistema de pensiones, asegurando que beneficie tanto a los trabajadores como a la estabilidad financiera del país. La discusión en torno a las Afores también debe abordarse, explorando mejoras para garantizar un sistema que cumpla con las expectativas y necesidades de la sociedad.